citoscopiaLa cistoscopia es una técnica que permite visualizar el interior de la vejiga urinaria para realizar un diagnóstico, y también para poder guiar ciertos tratamientos si es necesario. Para ello se utiliza un tipo especial de endoscopio, un tubo de unos 40 cm de largo y 0,5 cm de diámetro, que contiene una cámara. El tubo puede ser de dos tipos:

Flexible: más cómodo para el paciente, permite visualizar el interior de la vejiga de una forma rápida para un primer análisis.

Rígido: mucho más molesto para el paciente; de hecho, la anestesia local es casi obligada. Su principal ventaja es que permite visualizar el interior de la vejiga con mucha más nitidez, porque su cámara es de mayor resolución. Además, el tubo rígido tiene varias hendiduras por las cuales se pueden introducir instrumentos (pinzas, gomas, bisturíes, etcétera).

El cistoscopio fue inventado en 1877 por el doctor alemán Maximilian Nitze. Al principio era un tubo hueco sencillo que permitía visualizar piedras dentro de la vejiga y alteraciones groseras de la uretra, pero pronto le añadieron una luz y hendiduras, que permitían manipular el interior del aparato urinario. Fue así como surgieron las primeras intervenciones endoscópicas de la historia, mucho antes que la artroscopia o la laparoscopia. El Dr. Nitze, además, utilizó ese mismo aparato para visualizar el interior del esófago, estómago y laringe, aunque no fue tan útil como cuando se usaba para ver el interior de la uretra.

La cistoscopia, por tanto, forma parte de las técnicas mínimamente invasivas que ahorran una cirugía mayor y las complicaciones asociadas a esta, como las infecciones de las heridas quirúrgicas.